El detectoturismo se ha posicionado como un hobby fascinante que ofrece numerosos beneficios para el público general, y en particular, presenta una oportunidad única para el desarrollo integral de los niños.
Minelab indica que el potencial de esta actividad al aire libre para enriquecer la vida de los más jóvenes es muy alto, ya que abona significativamente a su desarrollo cognitivo y les permite despertar sus estímulos mientras construyen hábitos más saludables.
Esto es relevante considerando que vivimos en una era dominada por las pantallas: el Instituto Federal de Telecomunicaciones indica que el 51.1% de los mexicanos que tienen hijos de entre 6 y 12 años indican que sus infantes cuentan con un teléfono móvil propio con acceso a Internet y/o redes sociales.
El detectoturismo se alza como una alternativa estimulante que incentiva a los niños a dejar de lado las tabletas y teléfonos celulares para sumergirse en una aventura en el mundo real. Hacerlo es sumamente importante considerando que, de acuerdo con Medline Plus, los niños deberían pasar no más de 2 horas al día frente a las pantallas, aunque ese tiempo suele ser mucho mayor; además la Organización Mundial de la Salud afirma que, para fomentar un crecimiento sano, los niños y niñas deben pasar menos tiempo sentados mirando pantallas y jugar activamente en el exterior.
Al participar en búsquedas con un detector de metales, los niños no solo se ejercitan físicamente, recorriendo terrenos y explorando la naturaleza, sino que también agudizan su sentido de la observación, la atención y la concentración. La naturaleza interactiva y la retroalimentación inmediata que proporciona un detector de metales despiertan la curiosidad innata de los niños, motivándolos a aprender más y transformando cada búsqueda en una lección vivencial.
El funcionamiento de los detectores de metales, con sus señales y alertas, es especialmente propicio para enseñar a los niños sobre la paciencia y el valor de la perseverancia. Cada sonido puede ser el preludio de un nuevo descubrimiento, fomentando así una actitud de atención plena y una emocionante expectativa sobre lo desconocido. Además, esta actividad promueve la colaboración y el trabajo en equipo, ya que los niños pueden compartir sus hallazgos y experiencias, enriqueciendo su capacidad para comunicarse y socializar.
Para garantizar que la experiencia de detectoturismo sea segura y gratificante para los niños, Jorge Luis Rodríguez, guía de montaña y embajador de Minelab, ofrece los siguientes consejos para los padres:
1. Prioriza la seguridad: Asegúrate de que los niños estén siempre acompañados por un adulto y equipados con el equipo de seguridad adecuado, como gorras, protector solar y repelente de insectos. Escoge áreas de búsqueda que sean seguras y apropiadas para su edad.
2. La hidratación es clave: Mantén a los niños bien hidratados, especialmente en días calurosos. Lleva suficiente agua y enseña a los niños la importancia de beber regularmente, incluso si no sienten sed.
3. Viste apropiadamente: Dependiendo del terreno, asegúrate de que los niños usen ropa y calzado cómodo y adecuado para la actividad. Esto no solo los protegerá, sino que también permitirá que disfruten más del tiempo al aire libre.
4. Fomenta el respeto por la naturaleza: Aprovecha la oportunidad para enseñar a los niños sobre la importancia de preservar el medio ambiente. Anímalos a no dejar basura y a respetar la vida silvestre y la flora local.
5. Paciencia y positividad: Fomenta una actitud positiva hacia la búsqueda, recordando que el valor de la experiencia no reside sólo en los hallazgos, sino en disfrutar de la actividad en sí. Celebra los esfuerzos y la perseverancia tanto como los descubrimientos.
6. Recapitular lo aprendido: Después de haber tenido toda una aventura, es recomendable tener un resumen del día, de los hallazgos encontrados o de los metales recolectados en la playa, con eso lograrás demostrar cuánto han aprendido de objetos históricos, o cuánto ayudaron a la descontaminación de un lugar.
En conclusión, el detectoturismo para niños no solo es una actividad que promueve el bienestar físico y cognitivo, sino que también ofrece una plataforma incomparable para enseñar valores importantes como la paciencia, el respeto por la naturaleza y la importancia del trabajo en equipo. Con las precauciones y preparaciones adecuadas, esta puede ser una aventura enriquecedora que fortalece los lazos familiares y fomenta una conexión más profunda con el mundo natural.